domingo, 15 de noviembre de 2015

Lemuria

Este artículo lo llamé así debido a que no tuve tiempo de saber su verdadero nombre o más bien no hay manera de escribir su nombre original.
El origen estriba en que fui enviado a una región ubicado en la longitud 180º occidental, no recuerdo el paralelo. Era un punto cercano  a lo que ahora puede decirse que es el Continente llamado Asia, y un poco más lejos de lo que ahora llamamos América o Continente Americano, llamado ahora por la ignorancia gringa “las Américas”.
 Después de varias peripecias, pude comprobar las peregrinaciones de un grupo étnico que era guiado por su líder y por sus sacerdotes, era una etnia sedentaria, pero que por un mandato Divino tenía que ser semi nómada hasta encontrar la tierra prometida por su Deidad. Sufrieron calamidades, pero nunca cejaron y un día, el día menos imaginado por ellos, recibieron la orden de seguir caminando, pues se avecinaban días fatales para muchos seres. En un principio vieron gran oleaje por el lado oriente, pero un algo los protegió y no se hundieron ni nada les pasó, siguieron caminando, continuaron su peregrinar. Después, allá a lo lejos, por el occidente podía verse negros nubarrones, relámpagos y rayos, a la vez que se escuchaban truenos. En sus escritos dejaron constancia de grandes olas y de que el suelo se movía. Ver nota al final.
Continuaron su peregrinar, al terminar los grandes peligros que les fueron anunciados, permanecieron sedentarios, pero al recibir otra vez la orden de continuar hacia el Oriente, continuaron, pero ahora con menos peligros. Debo mencionar que al recibir la orden, otra rama de ellos desde un principio emigró en dirección al norte no se decir si se perdieron o desobedecieron la orden o quizás esa orden tenían de diseminarse. En realidad eran pocos.
Debo mencionar que otro grupo, desde el paralelo 160º  se dirigió inclinándose un poco hacia el sur. Era otro grupo grande que incluía también sabios de todas las ramas del conocimiento de aquél entonces y sobre todo astrónomos cuya ciencia y conocimientos hasta la fecha yo aseguro que todavía no son igualados.
De los que obedecieron ciegamente las indicaciones de su Deidad, tuvieron la dicha de ver en aparición, a quien consideraron siempre como su Patrona, su Reina, ya no recuerdo el nombre de ella en el idioma original, lo que si aseguro es que después, se les volvió a aparecer en el Tepeyac, en el Cerro y ya castellanizado su nombre la llamaron de Guadalupe.
Hasta aquí lo referente a éste capítulo. Lo que tenía y tuve que hacer queda narrado en anécdotas militares.

Nota. - Esos escritos fueron desaparecidos debido a destrucción física de los pergaminos o códices por parte de los conquistadores. Y los pocos que se salvaron quedan hasta la fecha como rompecabezas que no podrá armarse; el asunto se agrava más porque se encuentra diseminada – en norte América - la información después de 1848 en que varios de esos documentos fueron hurtados de la memoria histórica de la República Mexicana. Hasta la fecha, Octubre 2015, ninguna autoridad del gobierno mexicano ha reclamado dicho documentos.
Ing. Federico Juárez Andonaegui